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lunes, 19 de diciembre de 2011

Premiere

Drive

Una propuesta dicotómica de condena-redención, venganza-expiación, violencia-ternura es lo que se puede encontrar en el nuevo y visceral filme del danés Nicolas Winding Refn, director ganador en la pasada edición del Festival de Cannes por este título. Al volante de esta rareza fílmica se sitúa un sobresaliente Ryan Gosling, uno de los rostros a tener en cuenta en 2012. Y lo hace acompañado de pesos pesados como Albert Brooks, recientemente nominado a los Globos de Oro por su papel de Bernie Rose en el filme, una brillante Carey Mulligan y el carismático Ron Perlman.

Drive mira en el retrovisor al clásico film noir y al cine de acción de los años 70 y 80, pero explota al máximo los cánones del cine postmoderno, como la hipervisibilidad apologética de la violencia sin contemplaciones para con el espectador. Si bien los brotes violentos se manifiestan de forma esporádica, cuando lo hacen resultan brutales y dañinos para retina (y oídos). Pero Drive tiene un mérito y es que logra transmitir el pulso violento sin apenas acciones visibles, sólo se basta de las locuaces miradas de un magnífico reparto.


Driver (Ryan Gosling) es el personaje sin nombre que encarna la ambivalencia más extrema, un lobo disfrazado de cordero que toma forma en un escorpión solitario. En términos Baumanianos es un sujeto en la encrucijada con impulsos contradictorios y en el que afloran las pulsiones más primitivas: la violencia y la supervivencia. Atraído por la chica equivocada, Irene (Mulligan) se convierte en refugio de su vacío existencial, pero es por ella por quien Driver se ve salpicado por los turbios negocios de Standard (Oscar Isaac), el marido de ésta.

Winding consigue crear, a través de un montaje contenido, un ambiente de tensión – sexual entre los dos protagonistas y de explosión violenta - desde el primer minuto de metraje y envuelve a la historia en la misma piel de cordero que la del protagonista, para poco a poco destapar la sordidez oculta en los personajes y escenarios de Los Ángeles. Con influencias reconocibles, los planos aéreos sobre la ciudad recuerdan a los de Michael Mann (Heat, Collateral) o la estética de Tarantino con toques de serie B y cine indie, Winding logra, sin embargo, firmar con autoría su reconocible pulso narrativo y arrolladora puesta en escena.  

El intrincado plano de calles de Los Ángeles es una metáfora de la multiplicidad de caminos que los personajes, sobre todo el protagonista, pueden tomar en esta ciudad de sueños que con frecuencia rompe y corrompe. A bordo de su coche, Driver conduce a la deriva al ritmo de las envolventes y oportunas melodías con toques ochenteros de Desire o Kavinsky, cuyas letras no resultan nada arbitrarias. 




ESTRENO: 28 de diciembre

2 comentarios:

  1. La verdad es que leyendo cosas como estas te dan ganas de volver a pagar por ver cine de verdad.

    Debería ser ilegal que dejaras de escribir.

    Kiss

    Nach

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  2. La verdad es que salvo por un par de escenas de casquería, la película consiguió golpearme (en el buen sentido). El reparto es simplemente espectacular.

    Gracias por tus palabras :-)

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