Aunque el verano terminó oficialmente hace unas semanas y con él las películas derrite neuronas de las carteleras, lo cierto es que esta secuela de veranillo de San Miguel que hemos vivido me ha recordado una de las pocas películas que se salvaron de la pasada temporada estival: Beginners. Su director, Mike Mills, quiso llevar a la pantalla la historia de él y su padre, un septuagenario que salió del armario para exprimir los últimos años de su vida sin artificios ni veladuras.
En el celuloide sus alter ego son Hal Fields y Oliver, encarnados por un supremo Christopher Plummer y un sobresaliente Ewan McGregor, padre e hijo que recrean en la ficción una historia de lo más real y cercana. Y es que la principal virtud de Beginners reside en su frescura y en abordar la vida y la muerte con una inyección de optimismo y humor.
