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SOCIAL MEDIA

El entorno 2.0, un cerebro vivo y colectivo

Si alguien viniera a decirnos a estas alturas de la evolución que el ser humano no es un ser social, que no necesita estar en contacto con sus semejantes para vivir y sobrevivir,  la comunidad científica – y la no científica – se le echaría encima. Podríamos pensar, en cualquier caso,  que ese alguien autosuficiente es Dios pero, como no consta hecho empírico que haya demostrado la existencia de deidades, nos quedamos con la afirmación de que efectivamente somos animales sociales y dependemos unos de otros.



En paralelo a este ejemplo metafísico nos encontramos con un escenario offline en el que los individuos interactuamos los unos con los otros, ya sea para el establecimiento y fortalecimiento de relaciones personales como de sinergias profesionales. A imagen y semejanza de esta realidad, hoy vivimos en Internet la evidencia (no ya un fenómeno) de que nos encontramos en la era de los Social Media, es decir, un entorno virtual participativo que se nutre de un combustible colectivo: La suma de las inteligencias individuales.

Tim O´Reilly habló de este cerebro global en su conferencia del año 2004 para destacar los cambios sociales, culturales, económicos y tecnológicos que estaba trayendo la llamada Web 2.0 y que tiene al usuario (hoy prosumer) como principal protagonista. En el origen de nuestra escala evolutiva, los primeros pobladores hacían uso de herramientas proporcionadas por la naturaleza para conseguir sus objetivos. Hoy, estas herramientas y servicios 2.0 son las redes sociales, el microblogging, o los wikis, entre otros, que encontramos en la red. A través de ellas, los humanos compartimos conocimientos, lanzamos ideas, promovemos cambios, nos quejamos, generamos valor…  Hoy, en definitiva, tenemos voz y somos más visibles.

Quien pretenda entonces aislarnos será señalado como Dios, que en nuestra realidad podríamos traducir como las empresas tradicionales y los Mass Media ajenos a este escenario imparable. La adopción de esta postura supondría negar que las reglas del juego han cambiado, esto es, que se ha producido una licuefacción de las barreras jerárquicas y hoy empresas, instituciones, usuarios y clientes estamos al mismo nivel. Cada uno representamos una neurona en sinapsis con las restantes. Somos un cerebro colectivo



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