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lunes, 11 de mayo de 2015

Estreno

Güeros 

Güero: 1. Término mexicano para referirse a aquellas personas de cabellos rubios o tez clara.  Partiendo de esta acepción, el director Alonso Ruizpalacios ha logrado con su primera película, Güeros, precisamente eso, resaltar por encima de la ingente propuesta audiovisual con una especie de road movie inspirada en una etapa decisiva de su juventud.




Con el telón de fondo de una huelga universitaria, que tuvo gran repercusión mediática en los años 90 en Ciudad de México, “Sombra” (Tenoch Huerta) y Santos (Leonardo Ortiz Gris) son dos universitarios que viven en la más absoluta apatía. Todo cambia cuando Tomás (Sebastián Aguirre), el hermano preadolescente de “Sombra” se traslada a vivir con ellos. Lo que se encuentra es un acuario de aguas estancas en cuyo interior nadan sin rumbo estos dos jóvenes, mientras su presente y su futuro se desliza ante ellos sin atender a sus derechos y obligaciones.

La voz desgarrada de un cantante olvidado, llamado Epigmenio Cruz, que Tomás escucha en una vieja cinta de casete en recuerdo de su padre fallecido activa ese resorte paterno-filial en “Sombra” y devuelve la conciencia a estos chicos aletargados empujándoles a salir de nuevo al mundo. El motivo es que Epigmenio se está muriendo y por ello deciden emprender un viaje para buscarlo antes de que sea demasiado tarde. En el camino recogen a Ana (Ilsa Salas), la otra voz – radiofónica, rebelde y comprometida – de la película, una chica implicada en la huelga y que sin embargo no es respetada ni encuentra su sitio en ella.

Esta sensación de peces fuera del agua une a los cuatro jóvenes y en la excursión física por el Mexico de aquellos años todos ellos realizan al mismo tiempo un trayecto introspectivo con paradas en el idealismo, el descubrimiento, el miedo, la rebeldía, la lealtad, la amistad, el amor… Para ilustrarlo el director ofrece una colección de planos dotados de gran belleza e intencionalidad narrativa que quedan magnificados con una estupenda fotografía en blanco y negro, reflejo de un relato que bebe del onirismo y de cierta nostalgia.

Así, a la acepción de Güeros indicada al comienzo se puede añadir: 2. Término para referirse a un elemento que destaca por su singularidad o rareza. Exactamente como los personajes de la película, los cuales necesitan encontrarse y descubrirse en esa etapa de crecimiento y salto definitivo hacia la madurez para terminar encajando en el mundo y antes de que sus voces queden silenciadas sin que hayan podido pronunciarse. 



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