Misión
Imposible: Nación Secreta
Misión Imposible y Tom Cruise son a estas alturas un tándem
indisoluble, aunque en la quinta y última entrega de la saga el omnipresente
Ethan Hunt ceda – muy a favor - una buena parte de su cuota de pantalla. Para
ello Cruise se ha aliado con Christopher
McQuarrie, quien ya le dirigió en la estimable pero desapercibida Jack Reacher. La combinación de los
elementos ha sido de lo más acertada: McQuarrie
ha logrado lo imposible, seguir manteniendo viva la mecha de una franquicia que
está a punto de cumplir dos décadas en formato celuloide.
En la senda de las anteriores
entregas, Nación Secreta cumple con las expectativas de todo producto made in Hollywood bien hecho y lo que cabe esperar del
agente Hunt y sus secuaces, esto es persecuciones que quitan la respiración,
escenas de infarto que rozan lo inverosímil, la dosificación del suspense – con
guiño Hitchcockiano a El hombre que sabía
demasiado incluido- , distintos
escenarios de acción - Marruecos, Londres, Viena, Cuba -, en definitiva, hacer honor al título de la saga garantizando
el entretenimiento.
¿Qué aporta entonces McQuarrie a
esta entrega? Pues además de mantener la dosis justa de comicidad que logró su antecesor
Brad Bird con Protocolo fantasma, con
el fin de aliviar la tensión de algunas secuencias, McQuarrie ha conseguido equilibrar muy bien el protagonismo de
ciertos personajes secundarios. Este es el caso de Benji (Simon Pegg), quien venía reivindicando desde la anterior
entrega más intervenciones en el guión, la siempre estimable ayuda de Luther (Ving Rhames) o la interesante evolución de William Brunt,
el personaje de Jeremy Renner.
En cuanto a las nuevas
incorporaciones como la de Alec Baldwin,
el jefe de la CIA encargado de desmantelar el IMF liderado por Hunt y su equipo, aportan
ambigüedad al bando de los “buenos” mientras que el villano (Sean Harris) continúa siendo un malo
malísimo, pero muy bien logrado. Ahora bien, si existe un personaje que destaca por encima del resto es el de Ilsa Faust
(Rebeca Ferguson), el único
contrapunto femenino de esta entrega y el más sorprendente hasta la fecha de toda la saga. Por primera vez
vemos a una espía con verdadero peso en
la trama que no sólo demuestra fuerza, independencia e inteligencia sino que
además salva al “héroe” y se sabe salvar a sí misma, sin renunciar por ello
a la feminidad.
Misión Imposible: Nación Secreta
no defraudará ni a los fans incondicionales ni a los que se incorporen a estas
alturas a las andanzas del descreído y tenaz agente Ethan Hunt y el resto
de integrantes de la difusa organización IMF (Impossible Missions Force). Sólo queda esperar a las próximas instrucciones de una más que probable nueva misión. A Tom Cruise y su franquicia le queda mecha para rato.
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