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martes, 16 de julio de 2013

Estreno

Llévame a la luna 

Si hay algo que reconocer al cine francés es la naturalidad para contar historias, la capacidad de los personajes para generar empatía con el espectador y la facilidad para arrancar siempre una sonrisa. La comedia francesa siempre ha funcionado bien, pero de un tiempo a esta parte asistimos a un goteo constante de títulos trufados de vis cómica con cierto trasfondo dramático cuyo engranaje resulta perfecto. Así ha sucedido con títulos recientes como el éxito planetario de ‘Intocable’ o ‘La Delicadeza’, la primera basada en hechos reales y la segunda, una adaptación de la novela homónima de David Foenkinos.



En este sentido, ‘Llévame a la luna’ se vale de esa manida fórmula estratégica de marketing “de los productores de… (en este caso ‘Intocable’)” que, si bien funciona como gancho (o no) y sin estar a la altura de la de Olivier Nakache y Eric Toledano, en conjunto se deja ver. Pascal Chaumeil es el responsable de ésta, su segunda nueva comedia á la française (debutó con ‘Los Seductores’), donde termina de definir su lenguaje y confirma su atracción por la comedia screwball de antaño con historias basadas en las relaciones de pareja, los equívocos y los engaños.



¿El resultado final? Una comedia romántica sin grandes pretensiones, que encaja a la perfección en la cartelera estival: Ligera, simpática y divertida. Además, si hay algo que consigue Chaumeil es dotar de ritmo a sus historias y cargar el peso en los personajes.  Así sucede también en ‘Llévame a la luna’, donde el director ha descubierto a una Diane Kruger capaz de sonreír y hacer reír junto a uno de los actores y humoristas más emblemáticos del país galo, Dany Boon. La química entre ambos traspasa la pantalla y logran transmitirnos esa sensación de levitación propia del enamoramiento creando algunas escenas memorables, aunque generen cierta sensación de déjà vu

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